Este tipo de drogas están de moda en microdosis con el objetivo de mejorar el estado de ánimo de los adictos
Ciudad de México.- Paul Hanel y sus compañeros son conscientes de que no hay nada definitivo cuando hablamos de creatividad.
Primero, porque la variación del tamaño del efecto es más que notable entre los estudios analizados (eligieron situar el punto de corte en el año 2000 pues desde entonces no se realizaba ningún meta-análisis sobre esta temática).
Segundo, porque todo depende de qué y cómo se mida la creatividad. Los autores del estudio, que ha sido publicado en la revista Psychology of Aesthetics, Creativity and the Arts, han usado un modelo de las cuatro 'pe' para acotarla: persona, proceso, producto y presión (ambiente).
Incluso en el campo de las drogas no está todo dicho. El auge de los estudios sobre los efectos de psicodélicos como el LSD o la psilocibina (el principio activo de los hongos alucinógenos) es muy reciente pues su prohibición hace 50 años impidió continuar con las investigaciones abiertas hasta entonces.
Ahora, sin embargo, están viviendo un renacimiento y está en auge –en Silicon Valley y los entornos emprendedores– la moda de la micro-dosificación: el consumo periódico de cantidades muy pequeñas de estas drogas, de forma que mejoren el estado de ánimo sin llegar a provocar el 'viaje'.
No obstante, las conclusiones del estudio son sólidas en lo que respecta a otras formas de creatividad, entiéndase como una creación artística o como una forma de solventar problemas. Parece mejor visitar una exposición o practicar el mindfulness que imitar a Charles Bukowski.
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