Por razones socioculturales, el acceso a tratamiento es menor para las mujeres y la respuesta social es de mayor rechazo
Ciudad de México.- Por cuestiones socioculturales, como el prejuicio y el machismo, el acceso a tratamiento contra las adicciones es menor para las mujeres; adicionalmente, las mujeres presentan una mayor avidez por reanudar el consumo de drogas frente a situaciones de estrés, lo cual las induce a una hiperactividad del sistema límbico asociado con las emociones e impulsos, sostuvieron especialistas encabezadas por María Elena Medina-Mora, durante el Seminario de Estudios sobre la Globalidad-UNAM, realizado en El Colegio Nacional.
Las mujeres, en general, son más vulnerables a los efectos de las drogas y el alcohol y se estima que tarda cuatro años menos que los hombres en desarrollar dependencia a las drogas y siete años menos al alcohol. “Por razones socioculturales, por ejemplo, el acceso a tratamiento es menor para ellas y la respuesta social es de mayor rechazo, llegan a tratamiento abandonadas por su pareja”, dijo la investigadora y ex directora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente.
La especialista enfatizó que la atención psiquiátrica de las mujeres es importante para todos, ya que, si bien consumen menos drogas, tienen mayores consecuencias y más problemas. “Por eso es muy importante que las políticas sobre drogas se basen en las diferencias entre hombres y mujeres”.
Medina-Mora coordina el ciclo Seminario de Estudios sobre la Globalidad-UNAM. Grupo de trabajo de opioides de la Facultad de Medicina-UNAM-INPRFM que el pasado 31 de marzo llevó a cabo una nueva sesión, titulada “Retos para las políticas públicas en la atención y reducción de daños en el uso de drogas en mujeres”.
La académica refirió que, de acuerdo con las tendencias de consumo del último año, en la población masculina, el consumo de drogas entre los 18 y 34 años es mayor que el consumo entre los 12 y 17 años; mientras que, en la femenina, es al revés, las mujeres consumen más entre los 12 y 17 años.
Las expectativas de roles de género se han caracterizado por las ideas culturales polarizadas del machismo y el marianismo, apuntó. “El consumo masculino de sustancias en la adolescencia temprana sigue siendo estrechamente asociado con el machismo y sus expectativas de involucrarse en el abuso de drogas. Y las ideas sobre la feminidad pueden seguir estando fuertemente asociadas con el matrimonio y la procreación, roles muy valorados dentro de la cultura mexicana que desalientan el consumo de sustancias”.
Durante su participación, Silvia Cruz, del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, explicó algunas de las diferencias en la absorción de sustancias en hombres y mujeres.
"Biológicamente las mujeres tienen muy lento el tránsito gastrointestinal, la diferencia con el otro sexo puede ser de más del doble, es decir, entre que algo entra y sale en un hombre tarda aproximadamente 44.8 horas, mientras que en las mujeres tarda 91 horas. Esto favorece el contacto con la superficie de la absorción y de la cantidad de droga que llega a los tejidos”.
Las mujeres tienen menos agua y más grasa que los hombres. Por lo tanto, la misma cantidad de alcohol está más concentrada en mujeres que en hombres”. Además, el sexo femenino está sujeto a cambios hormonales y en la fase de ovulación produce más estrógenos, lo que se relaciona con la importancia asignada a los diferentes estímulos.
“Si la mujer está en edad reproductiva, el alcohol en el embarazo daña el desarrollo físico e intelectual de los niños. Tampoco debe beberse alcohol durante la lactancia”.
Comentó que, aunque más hombres que mujeres se inician en el consumo de las drogas, la progresión hacia los trastornos por consumo es más rápida y mayor en mujeres que en hombres”.
fhv