En los últimos tiempos el uso del teléfono móvil ha aumentado un 90%, en todo el mundo
Ciudad de México.- La tecnofilia o adicción a las pantallas a la sombra de la revolución tecnológica se está gestando una crisis social que causa estragos entre una gran parte de la población.
Síntomas dormir poco, comida a deshora, incluso algunas personas dejan de ducharse y sufren trastornos de comportamiento.
La diferencia con otras sustancias ilegales que también causan adicción es que, esta, todo el mundo la usa en mayor o menor medida.
“Hace una década, los teléfonos móviles eran muy diferentes a los actuales. Ofrecían muchas menos posibilidades que las que ofrecen hoy en día, lo que ha provocado que el 83% de los encuestados en un estudio reciente asegure ‘amar’ sus móviles”, apunta María Quevedo de la Peña, directora de tratamiento de la Clínica Recal de Madrid.
Según la Clínica Real de España que ayuda a la reinserción en la sociedad de aquellas personas afectadas por la adicción a cualquier tipo de sustancia o comportamiento, un 2% de pacientes que ingresó en 2022 tenía adicción a las pantallas, las nuevas tecnologías y las redes sociales.
“Es obvio que no estamos hablando de un amor romántico pero sí de la necesidad de estar en todo momento en contacto con nuestro dispositivo inteligente.
Según un estudio encargado por HMD Global a Fly Research, un usuario promedio de redes sociales pasa más tiempo mirando la pantalla del móvil, que haciendo una actividad física.
En los últimos tiempos el uso del teléfono móvil ha aumentado un 90%, en todo el mundo.
“En México , invertimos una media de más de 16 horas en el móvil durante los 7 días que dura la semana. Esto quiere decir que tocamos el teléfono casi 150 veces cada día”.
Recordar cómo eran las cosas antes de Internet parece complicado en un escenario en el que todo lo hacemos desde nuestro smartphone: compras, control de nuestras finanzas e incluso ejercicio. De hecho, tal y como advierten desde Recal “el temor a usar los datos bancarios en el móvil también ha desaparecido, pues el 70% afirma que recurre a su dispositivo para hacer transacciones de dinero”.
Según una investigación, el 78% de los estadounidenses adultos duermen con el teléfono móvil junto a su cama, y en México no estamos muy lejos de dónde dormimos para tenerlo a mano nada más abrir los ojos.
Usamos el móvil cuando estamos aburridos, lo que provoca una euforia que no es más que la emoción de anticipación que se obtiene justo antes o después de usar el teléfono. Esto, además, produce un subidón altamente adictivo. Cada vez pasamos más y más tiempo en nuestro teléfono, lo que tendría que ver con la tolerancia y la necesidad de una dosis cada vez mayor, es decir, de dedicarle cada vez más tiempo para conseguir los mismos efectos".
¿LA TECNOLOGÍA NOS HACE INFELICES?
Según la experta, “la tecnología por sí misma no tiene la capacidad de hacernos más o menos infelices, lo que es innegable es que un buen uso de la misma facilita la vida cotidiana, mientras que su uso (o abuso) puede generar un grave problema”, advierte. A la pregunta de si uso debería estar regulado, la experta apunta a un debate complejo que, en todo caso, no es competencia de los sanitarios, cuyo cometido es dar la alarma de lo que puede ocurrir y de hecho está ocurriendo. “Hay otros profesionales más idóneos para tomar decisiones a este respecto”, sentencia Quevedo.
fhv
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